LOS TESTIMONIOS DE LAS VÍCTIMAS DE ABUSO SEXUAL INFANTIL EN VIRASORO CORRIENTES

Parte de la prensa nacional catalogó -por los hechos acontecidos- al establecimiento como el "Hogar del Horror"

Desde el 2010 hasta el 2021, se realizaron denuncias de maltrato, explotación, abuso sexual y mala administración de fondos al Hogar de niños huérfanos y en situación de adopción ubicado en la localidad de Virasoro, Corrientes. Sitio en donde asesinaron al menor, Claudio Florez.

La causa judicial llevó a la detención de dos adultos responsables del Hogar, señalados como los principales culpables de la muerte de Florez. Alojado en el Hogar por problemas de supervivencia en su grupo familiar.

Cabe recordar que la Coordinadora del Hogar, debió acatar una perimetral porque las niñas abusadas allí, temían ser castigadas físicamente tras haber realizado las denuncias de estos casos. No obstante, el juez de menores le vuelve a asignar menores a su cargo.

Recién este año, luego del hallazgo sin vida de Claudio Florez, adolescente de 14 años, criado en ese Hogar desde la edad de 4 años, comenzaron las investigaciones partiendo del testimonio de Noelia Ramirez con un relato doloroso de las atrocidades que se cometían en ese lugar con las niñas, niños y adolescentes, por ellos tutelados.

Noelia, su hermana y otras víctimas, comenzaron a contar lo que sucedía, luego de años silenciadas por sus abusadores. Esto provocó que Noelia fuera trasladada de Virasoro a Buenos Aires, para salvaguardar su vida. A ese testimonio se suma el de Alejandra que también estuvo viviendo junto a sus hermanitos en el Hogar correntino.

Con motivo del Día Internacional de Niños, niñas y Adolescentes Víctimas Inocentes de Agresión, un programa realizado por la Red Argentina por la Adopción, tomó los testimonios de los ahora jóvenes de Virasoro.

Noelia Ramírez, Alejandra Montenegro y Samuel Florez, los testimonios vertidos públicamente en el contacto con la Red Argentina por la Adopción. Los y las jóvenes, fueron acompañados por Patricia Ramos, quien amadrina solidariamente a las víctimas de Virasoro y en cuya presentación, detalló brevemente que quienes descubren la situación inhnumana padecida por los niños y niñas en el Hogar, fueron los miembros de un grupo de personas -amigas entre sí- que visitaba frecuentemente el lugar, llevando alimentos, ropa, calzados y regalos para los niños y niñas, alojados allí.

Cuando al momento de encontrarse el cuerpo sin vida de Claudio Florez, fue Patricia Ramos quien se comunica con Noelia Ramírez, extrañada por la muerte repentina del muchacho y en ese contexto, la joven le cuenta todo el abuso del que eran víctimas en aquel sitio, con una justicia correntina que se negaba a investigar y para cuando se abre por fin la causa, fue en contra de los y las denunciantes, en lugar de agilizar los trámites y solicitudes de adopción, para cumplir con la salvaguarda de las víctimas.

Noelia y Ale contaron sus experiencias y cómo viven hoy después de salir de años de silencio e injusticias. La primera joven, dijo: “soy Noelia Ramírez, tengo 24 años, hace un año que vivo en Provincia de Buenos Aires, en Williams Morris. Vine acá por trabajo” inicia su testimonio en el que detalló su llegada, siendo una bebé al Hogar correntino: “mis viejos se habían separado y recurrieron al Hogar, entré a los 8 meses de edad, con mis cuatro hermanos que fueron adoptados, y quedó mi hermana mayor conmigo a su cargo. Ella tiene actualmente 27 años. En ese momento ella tenía dos años de edad” Ambas niñas estuvieron en el Hogar hasta los 15 años.

Noelia además confirmó que no fue adoptada porque sus progenitores no daban la autorización a las familias solicitantes. Patricia Ramos, a este momento de la entrevista con la Red, comenta que ellos tenían muy poca información judicial y siempre le decían que era muy difícil concretar la misma.

El Hogar es un sitio judicializado con menores que corren riesgos en sus casas y por tanto, la justicia dispone sean alojados allí hasta que se modifique esa realidad y deje de implicar la vulneración del niño, niña y adolescente. Recuerda Noelia: “el primer maltrato fue a los cinco años porque me hacía pis encima y me ataban a la cama. Después me dejaban sin cenar, no me daban de comer, por días y a la noche me iba a la cama sin comer por ese castigo. Así he visto lo que hacían con otros chicos, con mis hermanos que después los adoptan mis tíos” comenta la joven.