El real brasileño sigue perdiendo valor frente al dólar estadounidense

y ahora un dólar equivale a 5.8 reales.

La devaluación de la moneda brasileña se profundizó luego de la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos. Esta situación genera preocupación por una posible desviación del consumo hacia Brasil.

La devaluación del real brasileño podría tener un impacto en la relación comercial entre Brasil y Argentina, especialmente en el sector turístico. Los viajes y estadías en Brasil resultarán más atractivos para los argentinos debido a la depreciación del real, lo que podría generar una mayor demanda de dólares por turismo. Sin embargo, si esto se traduce en mayor inflación en Brasil, los efectos se irán diluyendo.

Además, la devaluación del real brasileño podría debilitar las exportaciones argentinas a Brasil y aumentar las importaciones. En los próximos meses, se puede esperar una salida de aproximadamente 1.000 a 2.000 millones de dólares adicionales por la cuenta de hotelería, turismo y gastos en el exterior como consecuencia de la devaluación. La balanza de pagos recién se conocerá en enero.

La relación peso-real hoy es similar a la de fines de 2015, y apenas algo superior a la de fines de la convertibilidad. Esto significa que el abaratamiento de Brasil podría implicar desafíos para la competitividad-precio de Argentina y, por lo tanto, para la capacidad de generar dólares por la cuenta corriente.

La inflación en Brasil aceleró al 4,76% en términos anuales en octubre, por encima del 4,74% esperado y acelerando significativamente desde el 4,42% observado en septiembre. El déficit fiscal de Brasil en septiembre fue de 7.300 millones de reales, con una deuda neta del 62,4% del PBI.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, instó al Congreso a dar ejemplo recortando el gasto y prometió nuevas medidas fiscales. El regulador monetario brasileño destaca la necesidad de reformas fiscales para mejorar las previsiones de inflación y permitir recortes de tasas en el futuro.